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quarta-feira, 24 de abril de 2019

[0639] Magy Gomez Sepúlveda, uma voz vinda da Colômbia



Nascida na Colômbia, em Bucaramanga, Santander, em 1968, professora de Psicologia e subsecretária-geral do Movimento Poetas del Mundo. Vive no Chile. Participou em vários Encontros de Poesia na Colômbia, Chie, Perú, Brasil, Cuba e Taiwan.


AROMA DE PIEL

Por mi piel, tu piel
por mi cuerpo las huellas
en tus dedos

Por mis ansias, los latidos
de tu corazon
Por mi miente la libertad
de entender lo que es amar


MI SECRETO

Nuestro secreto la inspiración
del alma soñadora,
deslimbrada, oscura y amante

Mi secreto,
nuestro secreto
el sussurro del amanhecer
con miedo,
sin miedo
y en la almohada
el calor de nuestros deseos
y en mis caderas
la energia fluente de la vitalidade
en movimento.

segunda-feira, 18 de fevereiro de 2019

[0580] Hellman Pardo, a jovem poesia colombiana


Nascido em Bogotá, Colômbia, em 1978, Herman Prado, contista e poeta, Prémio Eduardo Carranza em 2010; Casa Silva em 2011, Prémio do Festival Internacional de Poesía de Medellín em 2014 e Prémio Nacional de Poesia Eduardo Cote Lámus. Membro fundador da “Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida” .


EL COJO BARRIOS, GUARDAGUJAS

El comisario de caminos dice que soy el empleado
                                               que ajusta los desvíos del ferrocarril.
La afirmación es vaga.
Es cierto que enlazo las bifurcaciones del día,
                                               las cargas que arrastran la ceniza de los torturados,
sin embargo,
prefiero que las buenas gentes me recuerden
como un anacoreta del olvido.
Lo destruido se ahúma en cada aguja removida.
Encarrilo los compartimentos que temen inclinarse
                                               por el peso de carbones recién extraídos en la desgracia.
Es tarde. El tren dejó de anunciarse hace cinco meses.
Aún espero sus vagones sonámbulos
                                                       en la línea que traza la distancia.


LORENZO CERCAS HIJO, POSADERO

Hace algún tiempo,
cuando la penumbra aún invadía los arrecifes,
llegó a mi posada un fabricante de camafeos.
                             
                Traía siete arcones cargados de piedras.
Malaquitas de Benín, ámbares de Letonia, obsidianas de Mozambique.
Al soplarlos,
según instrucciones precisas del comerciante,
                             
                los relieves de esas piedras
                             
             adquirían los rostros de antiguos emperadores.
Una María Estuardo tristísima,
más triste que el artesano,
tenía en la mirada una esquirla de oscuridad
                             
                 propia de los reyes decapitados.
     La barba del cónsul Lucio apenas se asomaba en una flor de mármol.

Sobre la cabeza de Erzsébet Báthory
                             
pendía una tiara hecha con la piel de sus sirvientas.
Los arcones del fabricante de camafeos
quedaron vaciados,
                             menos uno.
El séptimo, decía,
contenía los ajuares de Ana Bolena,
               sus seis dedos que tallaron las rocas de una isla.


LA LLORONA

En las Guerras del llanto
               solo persiste la sal en la lágrima.
Toda aldea conserva sus espantos,
               su manera de preguntarse
                              si lo irreal es también posible.
En Catalpa,
por ejemplo,
                              se oye el torpe rastro de La Llorona,
un ronroneo en los matorrales prohibidos
                                                   de lo lejano.
Por su espalda
       desciende el cabello
              como cascada de árboles,
tálamos de siemprevivas
                      que agitan los ángulos del río.
Un escapulario ampara
                              sus huesos húmedos.
Sumida en la vergüenza,
                              se envuelve con la túnica del arrepentimiento.
La Llorona tiende a chapolear el agua,
          a enlodarla con su grito culpable.
Cuando la medianoche se enmusga en el tiempo,
                                                             el llanto salta la planicie,
sus altas quejas profanando
                                              el tímpano de los durmientes.

quarta-feira, 19 de dezembro de 2018

[0506] Jenny Bernal ou a poesia colombiana revisitada


Nascida em Bogotá em 1987, gestora cultural, cofundadora do Festival de Nueva Poesia y Narrativa Ojo en la Tinta e editora da revista latino-americana de poesia “La Raíz Invertida” e da revista “Contestarte”.


SOBRE LOS OFICIOS

Incluso para ser mendigo hay que conocer bien el oficio
saber cuál es la esencia de su infortunio,
buscar de los callejones el mejor espacio para resguardarse del frío
reconocerse un ser vulnerable; vestir su fragilidad de trapos viejos
ver en la mirada del otro un espejo de sus miserias.
Incluso para amar hay que conocer bien el oficio
saber cuál es la esencia de su infortunio,
buscar de los callejones el mejor espacio para resguardarse del frío
reconocerse un ser vulnerable; vestir su fragilidad de trapos viejos
ver en la mirada del otro un espejo de sus miserias.
Incluso para olvidar, perdonar…
hay que conocer el oficio.


LA CASA

Bienvenido a esta casa
su casa
aquí se respira el frío hiel
de ese aliento ausente.
Bienvenido a esta casa
de enojos y lágrimas
siéntese donde sus pasos se agoten
donde su piel se seque,
la casa ha cambiado un poco
—usted perdone—
pero he evitado pintarla
para que las grietas del tiempo
le regalen un poco de ese matiz familiar.
Es la misma casa, no se asuste
esa misma que construimos hace tiempo
esperando estar lo suficientemente solos
para habitar en ella.


ALQUIMIA DE UN HOMBRE

Un día le observas
despojándose de quien se cree ser
inmerso en su mirada de miedo
con ese aliento que produce el vacío
reviviendo cadáveres,
con un credo por camino
y las grietas de sus manos
desviándose entre llagas
que tímidamente bordean su corazón.
Va conservando su sombra
bebiendo sonrisas.
Amando
porque no hay otra forma
de conducir la lava
hacia esas tierras errabundas
y evocar del aire
el soplo
que espanta la muerte.

terça-feira, 28 de agosto de 2018

[0018] A poesia da colombiana Jenny Bernal

Jenny Bernal é uma poetisa colombiana (nasceu em 1987), editora das revistas "Contestarte" e "La raiz invertida".

Tem-se destacado como animadora e gestora cultural.

A sua poesia emerge do quotidiano que lhe bate à porta.

A CASA

Bem-vindo a esta casa
a sua casa
aqui você respira o frio fel
dessa respiração ausente.
Bem-vindo a esta casa
de raiva e lágrimas
sente-se onde seus passos se esgotam
onde a sua pele seca,
a casa mudou um pouco
- você perdoará -
mas evitei pintá-lo
para que as gretas do tempo
lhe deem um pouco daquela nuance familiar.
É a mesma casa, não se assuste
a mesma que construímos há tempo
esperando estar sózinha o suficiente
para viver nela.