sexta-feira, 7 de dezembro de 2018

[0477] Zel Cabrera, a novíssima poesia mexicana


Nascida em Guerrero em 1988, é Prémio Estatal de Poesia Jovem 2013.


NUNCA COMO HOY, LA LLUVIA HA TENIDO RAZÓN DE SER

Una tarde pediste que camináramos
bajo la lluvia,
como lo hacen tus pequeños vecinos
lluviosos en barquitos de papel
felices como en una pecera,
mientras la vecina les grita
que se van a enfermar si no se meten.
Pediste también que olvidara mi paraguas,
mis rainboots,
y que dejara colgada mi gabardina.
Dijiste: la lluvia
no va a derretirte,
acaso corres el riesgo de desdibujarte.
Y así fue; a regañadientes,
olvidé mi paraguas, mis rainboots,
olvidé también el miedo a resfriarme
y fui un garabato de mi misma.
Habité la lluvia, la dejé correr
y canté como lo hacía Gene Kelly         
     —tralalá tralalá—
pero desafinada igual que la lluvia,
que nunca cae con el mismo ritmo
ni con la misma inclinación
y se desafina apenas el aire
la rodea.


FIN DE AÑO

Como llegar al viernes
como usualmente llego a los viernes,
arrastrando los días con las uñas,
sintiendo como cojean las cosas.
Las horas se complican y hay más silencio que ganas.
El frío recorre las calles haciéndose pretexto,
como un triste regente que nos pasa lista:
pendientes, fracasos, deudas, malas jugadas,
un par de aciertos; nada más un par.
El saldo vencido
que hay que pagar al llegar de un viaje,
juntando los plazos
que no nos importaron el resto del año.
Nos quedamos viendo por el retrovisor las cosas,
en un lento desfile de luces
que van alejándose mientras pasan.


CUMPLEAÑOS

Mi madre puede decir lo que sea
y lo que sea será más cierto
que la lágrima que cae
en un día de cumpleaños
porque la luz sigue prendida
diciéndome que hay pastel y velitas;
gente que espera para abrazarme
aunque el amor no sea cierto
ni estas palabras que enuncian
la felicidad.

Nada es cierto, pero hoy es mi cumpleaños
 y sin embargo,
he tenido días más felices,
horarios que despilfarré
o el día que encontré
mi arete favorito debajo de la cama

Soplo las velas, cada una
ante el asombro de una polaroid
pero las velas son un faro en miniatura
que soplo y apago para perder la ruta.

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